La
palabra ciertamente no es la esencia
aunque
el verso se entusiasme, con esmero,
en
pulir la piel de la poesía con aromas
de
los lirios o aleteos de palomas.
¡Sustantivos,
verbos, los adverbios,
buscan
en adagios y proverbios...!
La
presencia viva de lo ignoto
me
seduce a la hondura de este aliento
que
en "milésimas de ahora"
surge,
encuentro, habito, me deleita,
funde,
fluye, flota, vuela, me abandona...
Cadencia
contenida de silencio:
poema.
La palabra ciertamente no es la esencia.
Enrique de Zárraga
1987