Rumor
tras la ventana,
un solo de lluvia
sobre
el suelo.
Bullir
bajo la piel,
toda una sinfonía
me desvela
el sueño de esta noche
rítmica,
otoñada,
densa,
humedecida,
insastisfecha.
En
mí
surgen
y resurgen
mil preguntas...
me surjo interrogante
de los pies a la cabeza.
Y sólo respondo
a un gran vacío
y sólo en lo solo
hallo respuesta.
(¿Quizás
así de humildes
comiencen
a crearse las estrellas?)
Nudillos
de agua
en la ventana,
un solo de lluvia
me aconseja:
escucho,
siento,
es la lluvia,
silencio,
¡déjate
estar!,
parece
susurrante
decir
ella.
(Una
gota
resbala
por
mi rostro
cuando
se atisba
una
estrella)
El
sueño se cuelga
de los párpados,
la lluvia, solitaria,
se serena.
Bajo
la piel...
mil ritmos
encarnados
se
despiertan.
Enrique de Zárraga
IX/2000